Hacer deporte no es una cuestión únicamente de salud. Puede ser también una efectiva herramienta en la educación de los más pequeños, ya que, a través del ejercicio, fomentamos valores y habilidades de una forma sana y divertida. Conozcamos la importancia del deporte en la educación.
Practicar deporte desde edades tempranas sirve, no sólo para activar las funciones cerebrales indispensables para su desarrollo cognitivo general. También les enseña una serie de habilidades que le serán de gran ayuda a lo largo de sus vidas.
Carácter lúdico del deporte
La esencia lúdica del deporte lo convierte en una actividad muy atractiva y motivadora para los más pequeños y jóvenes. Esto, añadido a un clima relajado, lleva a actitudes de esfuerzo, autoestima, superación personal, perseverancia y una mayor predisposición al aprendizaje.
A través del deporte se crean contextos de respeto al resto del grupo, aceptación de errores, cumplimiento de las normas…
Además, a pesar de que existe una gran individualización de la práctica deportiva, se da una gran interacción con otras personas que nos permiten el desarrollo de habilidades sociales de gran utilidad en la vida en sociedad. Estas relaciones se deben, en gran medida, al potencial de cooperación que conlleva la práctica deportiva.
Lenguaje universal
Gracias al lenguaje corporal y del movimiento, es considerado como un fenómeno universal. Esto lo convierte en una actividad privilegiada para la crear de espacios comunicativos y la relación entre personas de diferentes procedencias.
Los juegos, la danza y los deportes reglamentados están presentes en todos los rincones del mundo y se convierte, pues, en uno de los elementos que nos recuerda que somos muy iguales.
Beneficios del deporte
La práctica de cualquier deporte mejora y refuerza algunas variables psicológicas como la autoconfianza y permite a los más pequeños a tener una idea clara de lo que supone el esfuerzo, la solidaridad y el respeto de las reglas sociales.
Según la Fundación Española del Corazón, patologías como la obesidad, derivadas del sedentarismo o los malos hábitos nutricionales, van actualmente en aumento. Para evitarlo, el deporte es fundamental para lograr un desarrollo equilibrado y evitar enfermedades como la hipertensión o la diabetes de tipo II.
A través de la educación física, los niños y adolescentes expresan su espontaneidad y creatividad y fomentan valores como el respeto a sí mismos y hacia los demás.
Por último, uno de los beneficios indiscutibles del deporte en la educación es su contribución a la mejora de la capacidad motora básica. Favorece el crecimiento de los músculos y huesos, y ayuda a conseguir una buena postura, caminar de manera correcta y proporciona mayor flexibilidad.
El deporte además de ser una actividad muy beneficiosa a nivel física y mental, forma en valores, fomenta la socialización y mejora el estado de bienestar emocional. Sano, divertido y respetuoso.
Raúl garcía
Profesor Educación Física E. Secundaria
